Se trata de un síndrome vestibular episódico secundario a un trastorno causado por la movilización de otoconias, que son unas partículas situadas en el Utrículo, estructura que las contiene de manera fisiológica y necesarias para su funcionamiento, desplazándose fuera de este hacia los canales semicirculares adyacentes, de donde deben estar ausentes, provocando una sensación vertiginosa de diferente intensidad y duración. Este cuadro suele ser de corta duración aunque a veces pueda resultar muy violento, aunque suele recurrir durante unos días o semanas. Este vértigo suele repetirse en las posiciones que se estimula el canal afectado, y se acompaña de un movimiento ocular característico, que denominamos Nistagmus.
La observación de este movimiento ocular mediante la observación ocular hoy muy facilitada con los modernos sistemas de VideoNistagmografía (VNG), que incorporan cámaras a un sistema gafas de inspección ocular (videoculografía) y los proyectan en una pantalla para su análisis, facilitan la identificación del canal o canales afectados y permiten su adecuado tratamiento, mediante maniobras de reposicionamiento.
Para su diagnóstico se realizan maniobras de provocación (Dix-Halpike y Mc Clure fundamenatalmente) que conllevan la reproducción de de posturas desencadenantes, mediante flexión-extensión y giros laterales del tronco y columna cervical. Estas maniobras diagnósticas se acompañan de un vértigo semejante al padecido por el paciente y su visualización en la exploración ocular, permite identificar el canal afecto y realizar sobre la marcha, la maniobra de reposicionamiento adecuada. Este vértigo cesa en general en unos pocos segundos o minutos, y en ocasiones se acompaña de síntomas vegetativos con naúseas y menos frecuentemente vómitos.
Su tratamiento mediante maniobras de reposicionamiento se acompaña de un elevado porcentaje de éxito, dependiendo del canal o canales afectados, aunque existen casos más complejos o resistentes que requieren de otros abordajes terapéuticos.